¿Novatada?

Llegaba el Sevilla a un escenario majestuoso, con el glamour de la Champions y la elegancia histórica del Arsenal, con elogios llovidos desde los cinco continentes hacia la trayectoria y el fútbol hispalense, e incluso con los tintes favoritistas que le otorgaban en algunos lares. Pero en la Champions no se puede entrar así, y no ha tardado el Sevilla en aprender la lección. El Arsenal le ha goleado sin desplegar un fútbol brillante, salvo momentos muy puntuales, pero los de Juande Ramos parecían hoy estar en esa nube de la que te bajan rápido los grandes del fútbol europeo. Y no es menos cierto que el resultado se desequilibra por cuestión de fortuna. Cesc Fábregas, impresionante futbolista, dispara desde la fronta del área y Escudé desvía radicalmente la trayectoria del balón haciendo imposible para Palop cualquier estirada. Así subió el primer tanto al electrónico.
A partir de entonces el Sevilla desaparece del Fly Emirates. Alves, Poulsen, Capel, Luis Fabiano e incluso Kanouté, parecían prendidos ante una competición bien diferente y exigente a la exitosa Uefa. Tras la reanudación más de lo mismo. Van Persie aprovecha un error defensivo y a placer dictó sentencia con el segundo. Lo del tercero ya sobró, tampoco el Sevilla estuvo tan mal, pero son las cosas que pasan ante los grandes impregnadores de la jerarquía futbolística europea. En definitiva que al Sevilla le pudo el debut, la competición, el rival, el estadio, y buena prueba de ello es que cosechó la mayor derrota desde tiempos muy lejanos. Lo bueno de esta pesadilla, que hay cinco partidos más y la lección debe ser aprendida porque rectificar es de sabios.